Comenzamos

Comenzamos nuestra andadura por la blogosfera (sí, otro blog sobre libros), y qué mejor forma de hacerlo que explicando nuestras razones para hacerlo.

Somos un par de apasionados de la lectura. Y como todo amante de los libros, cuando leemos un libro que nos encanta, sentimos la necesidad de gritarlo a los cuatro vientos. De entrar en una cafetería y recomendárselo a los clientes, a nuestros amigos, a todo el mundo. Por el contrario, cuando cae en nuestras manos algo “infumable”, sentimos la necesidad de advertírselo a todo el que pasa por la calle (incluso de quitárselo de sus manos si vemos que lo ha comprado o sacado de la biblioteca).

Desafortunadamente, no se encuentran entre nuestras amistades un nutrido grupo de lectores. Por lo que nos ha parecido la situación más natural, crear este blog. Un sitio desde el que mostrar al resto nuestra opinión (la cual es subjetiva, pues obviamente, no somos poseedores de la verdad absoluta; nos gustaría, pero no es así), e intercambiar opiniones con el resto de internautas.

Pasad, y disfrutad con nosotros el amor por los libros.

Buena lectura.

miércoles, 30 de enero de 2013

El tango de la guardia vieja, de Arturo Pérez-Reverte.



Cualquier historia de amor es complicada. Pero algunas lo son más que otras, y la nueva novela de Pérez-Reverte es buena prueba de ello. Una historia de amor que comienza en un trasatlántico de lujo en ruta hacia Buenos Aires, donde el bailarín mundano Max costa conoce a Mecha, mujer de la alta sociedad cuyo marido, un compositor español, ambiciona componer el tango de los tangos para ganar una apuesta. Una historia que se desarrolla a lo largo de más de 40 años, y está llena de incertidumbre, ángulos oscuros y rincones turbios. A lo largo de todo este tiempo, los dos protagonistas sólo se encuentran en tres ocasiones: en el Buenos Aires de los años 20, Niza de los años 30 y el Sorrento de los 60. 

La novela tiene, por supuesto, muchos más ingredientes además de la historia de amor: aventuras, robos de guante blanco, espionaje… Pero, a diferencia de otras obras del autor, en este caso todo ello es sólo el trasfondo, el escenario para la historia de Max y Mecha. Él es un buscavidas, un hombre astuto y apuesto que intenta llegar al mundo cuyos orígenes humildes le negaron, hecho de coches de lujo, ropa cara y fiestas con cubertería de plata, y está dispuesto a conseguirlo a cualquier precio. Ella es una mujer bien, que se mueve en ese territorio como pez en el agua, que, a pesar de no haber conocido el lado duro y amargo del mundo, aporta la inteligencia y la lucidez. Max, en su lucha por llegar a la cima, se niega a reconocer el amor en su relación con Mecha, intentando evadirse, mantenerse indiferente (“la indiferencia es la única libertad posible”) y dudando hasta el final. Ella, por el contrario, es muy consciente de que eso es amor, y su mirada acaba por romper la indiferencia de Max (una mirada que “hace sentir lástima por los hombres a los que una mujer nunca miró así”).

Toda la historia posee, como hemos señalado, un trasfondo de gran riqueza hecho por escenarios muy diferentes que constituyen, en su conjunto, los últimos años de un mundo que las dos grandes guerras acabaron por destruir: Europa como referencia moral, una sociedad en la que las maneras (cierta forma de encender un cigarrillo, cierta forma de caminar, de atarse el nudo de la corbata, de calzar unos tacones o de bailar) tenían una importancia que ahora ya no tienen y podían incluso significar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

La novela no se desarrolla en absoluto de una forma lineal, y los saltos hacia atrás y hacia delante en la trama nos permiten ir conociendo y entendiendo mejor a los personajes y a sus circunstancias, manteniéndonos atrapados y en constante suspense.

Una vez más, Pérez Reverte escribe una novela que engancha, sin dejar por ello de ser compleja, con unos personajes nada planos y bien dibujados, que nos transporta sin darnos cuenta a otra época, emocionándonos, frecuentando hoteles de lujo, robando cajas fuertes, juagando al ajedrez o bailando con sus personajes a ritmo de tango. 


miércoles, 16 de enero de 2013

Pietr, el Letón (los casos de Maigret) de Georges Simenon



Cuando leí sobre este autor, solo veía loas a su escritura. Aunque bueno, esto es lo normal a la hora de promocionar un libro, aquí todos somos amigos y estoy encantado de trabajar con este director. ¿Que esto no iba aquí? ¿Qué estaba hablando de libros y no de cine? Bueno, es igual, para el caso es lo mismo, ¿verdad? Lo que iba diciendo, que siempre es un gran autor imprescindible, y más si está muerto (como es el caso del que nos ocupa hoy)

Georges Simenon escribió casi doscientas novelas y más de setenta fueron sobre el inspector Maigret. Así que es normal empezar a leer esta novela con recelo. Suele ser habitual que para poder ser tan prolífico se pierda en calidad, o se gane en negros.

La novelita que nos atañe hoy no tiene más de ciento setenta páginas. Y cuando comencé a leerla creí haber acertado en mis suposiciones. La novela no avanzaba y yo me enteraba más bien poco de lo que estaba sucediendo. Seamos claros, a la novela le cuesta arrancar, bastante –en torno a la página cuarenta- si tenemos en cuenta su extensión. Por suerte, a partir de ahí la novela va cogiendo ritmo, el autor se crece y ya no pierde una acción que es constante hasta el final.

Como podríamos imaginar, el autor escribe de una forma breve y concisa. Pero aquí radica su buen hacer. Con estos breves trazos es más que capaz de describir qué sucede, que se ve y que se percibe. No necesita escribir de más y no lo hace. Y eso se agradece.

Gracias a esto, nos encontramos ante un inspector robusto, duro, pero humano. Pues Simenon no deja en ningún momento que estemos sin saber que pasa por la mente de Maigret. Y a lo largo de “Pietr, el Letón” vamos viendo que Maigret no es una máquina de resolver crímenes perfecta, pues tiene sus dudas, sus esperanzas y sus frustraciones.

Sobre la evolución del personaje, tendremos que leer las novelas que la editorial vaya publicando sobre él. Y esperemos ver también personajes femeninos, los cuales escasean y están como simples secundarios.


viernes, 4 de enero de 2013

El largo adiós, de Raymond Chandler




Esta es la primera novela de Raymond Chandler que leo, y espero que no sea la última. Raymond Chandler está considerado (junto con D. Hammett, autor de El halcón maltés) uno de los grandes maestros y precursores de la novela negra, y ésta es su obra más clásica.
Su protagonista, Philip Marlowe, es un detective privado duro, solitario, que paga el precio de su independencia resolviendo los casos que la gente no quiere (o no puede) confiar a la policía. Insumiso, con un sentido del humor inteligente, un punto cáustico, el detective es al mismo tiempo un hombre íntegro y leal, leal a sí mismo, a sus principios y a sus amigos. Como el mismo dice en una ocasión, tiene incluso un punto romántico, bebiendo ritualmente un gimlet a plena luz del día en honor a un difunto amigo suyo.
Es precisamente esta extraña amistad (una amistad precaria y sólida a la vez) entre Marlowe y un rico alcohólico, Lennox, muerto en circunstancias poco claras, la que inicia la trama de esta novela.  Junto con Marlowe, la otra protagonista es la Eillen Wade, rubia, hermosa y misteriosa (“Hay rubias y rubias (…); y aquel sueño del bar no pertenecía a ninguna de esas categorías”).
Con un lobo solitario, mujeres fatales, muertes que no son lo que parecen, y hombres poderosos de diferentes tipos empeñados en tapar cualquier asunto más o menos oscuro, la novela tiene todos los ingredientes para ser una obra cuanto menos entretenida. Y en efecto, así es. Fácil de leer, no por ello deja de tener unos diálogos inteligentes y una trama con giros inesperados; nada es negro o blanco y los asesinados muy bien podrían parecer asesinos o viceversa. Por otra parte, Chandler ofrece un buen retrato de la alta sociedad estadounidense de los años 50; una sociedad, tal como dice uno de sus personajes, con envoltorios brillantes que contienen sobretodo basura.
Cabe objetar, no obstante, que en ocasiones el autor cae irremediablemente en el tópico. Su protagonista está muy bien dibujado pero es  un tanto estático, inquebrantable en su sentido del honor, sin ángulos oscuros. Si en la novela nunca está claro quién es el bueno y quién el malo, esto nunca sucede con Marlowe, cuya identidad moral permanece siempre inquebrantable. Los personajes femeninos, especialmente la hermana de Terry Lennox, aparecen retratadas de una forma más bien plana, desde una óptica masculina y un tanto simple.
Concluyendo, recomendamos El largo adiós como una buena novela negra, y esperamos profundizar más en la obra de este autor.

miércoles, 2 de enero de 2013

NOVELA NEGRA Y POLICÍACA



La novela negra-y policíaca- me gusta, me gusta mucho. Y siendo este un blog sobre libros, será normal y frecuente que escribamos reseñas sobre novelas y autores de estos géneros.

Como todo género, tiene sus esquemas, sus bases, directrices básicas; sus pros y sus contras. Es por ello, que en este post quiero recalcar las bases principales sobre las cuales juzgaremos sus novelas. En otras palabras, en qué nos apoyamos para decir si es buena o mala, si nos ha defraudado o por el contrario nos ha encantado.

1) Muchos autores crean un personaje, y se dedican a escribir sobre él. Es bastante frecuente que entonces, la mayoría –si no todas- de sus novelas giren en torno al personaje que han creado. Es por ello por lo que algunas veces juzgaremos no un libro, sino al propio autor o a una serie de ellos. Entendiendo las novelas como un conjuntos, que no como una serie de capítulos.

2) Siguiendo con el punto anterior, es muy importante ver la evolución del personaje principal a través de sus novelas. Haciendo un símil con el mundo cinematográfico sería juzgar una serie y no una película. En cada capítulo pasa algo, pero si el protagonista no crece, cambia, avanza, sino que es estático, aburre, cansa.

3)Al ser un género con unas bases, las cuales el autor ya conoce a la hora de escribir también tendremos en cuenta cómo las utiliza. Si las lleva por renglones clásicos pero con maestría o acaba cayendo en los tópicos de una forma manida y fácilmente previsible. O si por el contrario, se salta estas normas y sigue creando una gran novela del género, rescribiendo este.

4) Se suele utilizar muchas veces de forma indistinta novela negra o policíaca, los novelistas escriben obras en las que ambos géneros son indistinguibles uno del otro. Es por eso que salvo en casos muy puntuales, en los que creamos necesario hacer esta distinción, nos referiremos a las obras simplemente como novela negra.


sábado, 29 de diciembre de 2012

El tercer hermano, de Nick McDonell

Debido al buen sabor de boca que me dejó la primera novela de Nick McDonell, cogí su segunda obra “El tercer Hermano” con mucho entusiasmo. Pues la anterior, no fue la primera novela de un desconocido que vende millones convirtiéndose en el Best-Seller de las navidades emborrachando a su autor de ego, o ahogándolo bajo la presión de hacer algo igual pero diferente y que venda tanto. No, su obra Twelve fue una muy buena novela. A secas. Por eso creí que nada de esto le pasaría al bueno de McDonell. Y eso es cierto, pero por desgracia, esta no me ha parecido una buena novela.

Pero antes de nada, debo romper una lanza a favor de los puntos fuertes de esta, las cosas que sí que me han gustado. Lo que ha salvado, en mi opinión, a este libro, pues sin ser bueno, tampoco es algo horrible. El estilo de escritura del autor, como ya comentamos en “Twelve” es deliciosamente incisivo. Y a esto debemos sumarle su capacidad en crear personajes profundos, con aristas, con sus virtudes y complejos. Son personajes por tanto, creíbles, que evolucionan. No son estáticos.

Ahora ya sí, entramos de una forma más detallada en las razones por las que “El tercer hermano” no nos ha gustado.

El libro está dividido en tres partes: Un viaje del protagonista a Bangkok en busca de un periodista, por encargo de una revista nipona. Los problemas de su hermano, el cual piensa que tiene un tercer hermano y que este ha sido el que ha quemado el hogar familiar (este es el punto clave en torno al cual gira toda la novela). Cada parte por sí sola, es un genial despliegue de estilo. Pero al estar juntas en un mismo libro, como primera segunda y tercera parte de un todo deberían mostar una continuidad, una trama, y no parecer inconexas entre sí. Incluso pueden llegar a no entenderse ni juntas ni por sí mismas. En definitiva, ¿qué nos está queriendo contar Nick McDonell? No lo sabemos.

Sobre esta novela se ha dicho que es una de las mejores evocaciones sobre el 11S que se hayan novelado, y puede ser esto cierto. Puede que le haya ayudado los años que han pasado desde el atentado hasta que el autor escribió el libro para poder posar las ideas con calma en tierra fértil. Consigue meternos en la piel de los que estuvieron ahí, el sentir general y a la vez el personal de su protagonista. Pero esto, por sí solo no es argumento suficiente para cimentar un apoyo incondicional a la novela.

Aun y todo, volveré a leer el próximo libro de Nick McDonell que se edite en España. Un mal libro lo tiene cualquiera, y el autor es joven, tiene años por delante para mejorar y hacernos disfrutar.



jueves, 21 de junio de 2012

Twelve, de Nick McDonell


De todas las novelas de jóvenes autores que he leido en mucho tiempo, Twelve, de Nick McDonell es con diferencia, la que más me ha gustado de todas ellas. No solo entre los jóvenes, es de los libros que más he disfrutado leyendo este año. Un bonito descubrimiento.

Nick McDonell escribió esta novela (su primera novela) con tan solo 17 años. Esta novela precoz le encumbró al estrellato, y no es para menos. Fue un éxito de crítica y público, algo que cada vez es más difícil.

Su estilo es rápido, preciso; casi visceral. Sus capítulos apenas duran unas páginas, pero destilan realidad a cada estrofa.

Sobre la novela en sí, la trama nos mueve por la vida de varios personajes, la mayoría pijos ricos, a través de 3 días. Estos 3 días son suficientes para que el autor consiga desgranar y analizar a sus personajes. Es muy de agradecer que esa creación de los personajes no se reduzca a tan solo el protagonista, White Mike, sino que se extiende al resto de secundarios. Podemos amarlos u odiarlos, sentirnos identificados con ellos o no; pero los percibimos reales.

Es un libro de apenas 250 hojas, y la velocidad de este es muy adictiva y casi cinematográfica. Esto se debe en gran medida a la longitud ya mencionada de los capítulos.

Lo único a lo que se me ocurre ponerle un pero, y de una forma muy escueta, es que al escribir sobre los jóvenes ricos de Nueva Cork, el hecho de que algunos críticos afirmasen que representa a toda una generación, me es un poco exagerado.

Terminar diciendo que Anagrama sólo ha publicado sus 2 primeras novelas. Esperemos que pronto publiquen las siguientes.